sábado, 13 de abril de 2024

Altavoz Parroquial: 14/IV/2024

 3º Domingo de Pascua - B    Lc 24,35-48

Testimonio cristiano
    Leemos hoy al evangelista San Lucas, que en su relato de la Resurrección hace ver como ya Jesús se había aparecido a dos discípulos cuando iban camino de Emaús. Ahora se les aparece a todo el grupo, quizá cuando estaban preparando los aparejos para salir a pescar.

    Todos los presentes, admirados, pudieron verle, tocarle, e incluso El mismo pide que le ofrezcan comida, para que no duden en absoluto de su presencia, y tampoco de su naturaleza humana, ahora entre ellos, ya resucitada. Jesús aprovecha la ocasión para explicarles que todo lo que había sucedido, estaba escrito y anunciado en las Escrituras.

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    Contaron los discípulos lo que les había pasado en el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan.

    Señor, Jesús, que tan amable y cariñosamente
te acercas de nuevo a tus amigos, los apóstoles,
para que no dudaran en absoluto de tu Resurrección.

    ¡Que comprensivo y atento eres con nuestras limitaciones y miserias humanas!
¡Qué clarividente y constante eres en tu misión docente y magisterial!
Unas veces como un buen Padre, otras como el mejor amigo,
en ocasiones como el maestro ejemplar, o el compañero
siempre a punto y servicial, siempre oportuno y animante.

    Señor, que sepa comprender cada día tus muestras de cariño y confianza.
Que sepa exigirme y luchar contra mis defectos y limitaciones.
Que sepa escucharte y aprender realmente de tus palabras y enseñanzas.
Y sobre todo que sepa comprometerme ante tus exigencias y planes para mí.

    Ábreme el entendimiento como a los apóstoles, para que nunca desoiga
o desprecie tus gracias y tus advertencias para volar más alto en santidad,
y con más generosidad, entrega y sacrificio en el apostolado.

    El ambiente que me rodea no es el más propicio para mostrarme
tu seguidor y aparecer como cristiano
manteniendo tus enseñanzas y ser fiel a ellas.

    Pero por nada, y bajo ningún concepto, quiero cejar en el empeño
de ser tu apóstol, y mostrar al mundo, a mis amigos, a mi familia,
en mi ambiente laboral y social, la alegría desbordante de ser cristiano,
de seguir los mandamientos de la Ley de Dios y de la Santa Madre Iglesia;
así como de mantener con fidelidad el espíritu de las Bienaventuranzas.
Me gusta, Señor, saborearlas: Bienaventurados y felices los pobres de espíritu,
los misericordiosos, los limpios de corazón, los que “luchan” 
por la justicia, sin esperar nada a cambio.
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LOS SANTOS DE LA SEMANA, NUESTROS AMIGOS (14/IV/2024)
        (Proponemos un pequeño esbozo de algunos santos o beatos, que celebramos cada semana, y que puedan servir como modelos de vida cristiana, maestros en la fe y en la práctica de la caridad, y en consecuencia intercesores cercanos y asequibles. Queremos que sea una propuesta para leer y conocer más ampliamente sus vidas acudiendo a otras páginas, como santorales que tanto abundan en las redes sociales).  

    Seguimos celebrando la Pascua de Resurrección que nos sitúa en el centro del Misterio Pascual, esto es, de la celebración de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.
    Entre los santos, nuestros amigos, destacamos solamente el lunes 15/IV, a uno que muchos conocimos y admiramos desde los años sesenta cuando la película titulada Molokai atrajo la admiración y cariño de muchos cristianos a este misionero, y sin duda removió muchas vocaciones religiosas y misioneras. Se trata de San José Damián de Veuster (1840-1889), religioso y presbítero, apóstol de los leprosos y héroe de la caridad en la isla de Molokai, donde termina su vida también con la lepra. Es universalmente conocido como monumento del amor, de

servicio y de fe. Su ejemplo es una llamada al compromiso y al apostolado en el sacerdocio y en la vida consagrada, así como una fuente de inspiración para quienes sienten la llamada a servir a excluidos y olvidados.
    Siempre el padre Damián fue considerado un héroe de la caridad. Mahatma Ghandi afirmó que «el mundo de la política y del periodismo cuenta con pocos héroes comparables a Damián de Molokai. "Vale la pena reflexionar sobre la fuente de semejante heroísmo». También la Madre Teresa, en una carta dirigida a Juan Pablo II, dijo: «Como sabe, nos encontramos trabajando entre millares de leprosos, y para poder continuar este hermoso trabajo de amor por la curación de los enfermos, tenemos necesidad de un santo que nos guíe y nos proteja. El padre Damián podría ser ese santo». Fue beatificado por San Juan Pablo II el 14/VI/1995, y canonizado por Benedicto XVI el 11/X/2009.
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AGENDA PASTORAL
    La segunda semana pascual comienza con el Domingo de la DIVINA MISERICORDIA, que nos ha orientado y estimulado nuestra piedad personal y también pastoral. Así queremos seguir, en esta tercera semana de Pascua, que culminará con el domingo, llamado del Buen Pastor, que siempre es una llamada a acompañar y querer, y a rezar por los sacerdotes, que son los Buenos Pastores que representan a Jesucristo y nos lo hacen tan cercano en su ministerio sacerdotal. Motivo por el que ese domingo es también la Jornada mundial de oración por las vocaciones.
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VIDA CRISTIANA EN EL S. XXI
    (Proponemos en esta sección algunos testimonios de cristianos actuales -con el tiempo, quizá se les considere santos- cuyo testimonio de vida es ejemplar como ciudadanos cristianos; y también destacamos acontecimientos, o celebraciones de diverso tipo, que testimonian y promueven el bien, la paz y el amor cristiano en la familia, y en la sociedad en general).

    Esta semana destacamos la celebración multitudinaria de la Resurrección del Señor, que tuvo lugar en la plaza Cibeles de Madrid. Con música, cercanía y alegría disfrutaron de la Pascua, haciendo presente a Jesús resucitado en el corazón de las más de 70.000 personas, presentes en el acto. Estos son las imágenes y comentarios con las que toda la prensa se hizo eco del acontecimiento.



















sábado, 6 de abril de 2024

Altavoz Parroquial: 7/IV/2024

 2º Domingo de Pascua - B    Jn 20,19-31

Fe en la victoria

        En este segundo domingo de Pascua se repite todos los años el Evangelio que relata dos apariciones de Jesús a los Apóstoles. En la primera, además de saludarles con el saludo de la paz, les comunica el poder de perdonar los pecados. En la segunda está también presente Tomás, quien antes se resistía a creer a las mujeres que decían haber visto al Maestro resucitado. La ocasión era muy oportuna y propicia para darles la gran lección de la humildad y de la fe, que nos lleva a fiarnos de Dios y de lo que sabemos viene de Dios.

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        Luego dijo a Tomás: “Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mí costado; y no seas incrédulo, sino creyente”. Contestó Tomás: “¡Señor mío y Dios mío!”.

    Señor, Jesús, que por fin abriste la mente y el corazón de los Apóstoles,
aún de los más tercos, soberbios y superficiales.

    Ciertamente estas actitudes abundan en nuestro entorno social y familiar,

y también, en muchos momentos, en mi propia vida,
ya que, a veces, me comporto con ligereza, o llevado por mi pereza o egoísmo;
y la soberbia me impide no tanto entenderte, cuanto responder
sincera y valientemente a mis obligaciones de cristiano,
y por tanto de persona leal, y de trabajador honrado,
de testigo valiente y público y de servidor humilde y sacrificado por los demás.

    Te pido la humildad de Tomás, para que cada día pueda decirte sinceramente:
“¡Señor mío y Dios mío!” con la seguridad de que me oyes y me amas,
y con la certeza de que me sigues y me ayudas.
Señor, que disfrute de esta fe tan fuerte y optimista,
y la testimonie entre mis compañeros, amigos y familiares.

    Que pueda rezar y proclamar públicamente:
“¡Cristo ha resucitado! Nada temo, porque Tu vas conmigo”.
Que, con naturalidad y sencillez, muestre siempre que soy cristiano,
y que por eso vivo más seguro, más feliz, más generoso y más optimista.

    Ante las crisis sociales de todo tipo, soy consciente de que la peor es
la crisis de bondad, de auténticos valores humanos, y en definitiva de santidad.
Con mi afán por la santidad y por ser apóstol en medio del mundo,
quiero proclamar: ¡Cristo ha resucitado!,
y prometo mantener encendido el Cirio Pascual de la Resurrección,
del triunfo sobre el pecado y la muerte,
y de la victoria sobre los males, guerras y miserias humanas,
que nos rodean y que tanto nos hacen sufrir.
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LOS SANTOS DE LA SEMANA, NUESTROS AMIGOS (7/IV/2024)
    Seguimos celebrando la Pascua de Resurrección que nos sitúa en el centro del Misterio Pascual, esto es, de la celebración de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Si las celebraciones de la Semana Santa nos admiran y atraen, y nos llevan a una más profunda conversión, la Resurrección de Cristo nos impacta con una inmensa alegría, paz y seguridad, que nos embarga y pone más unidos a Cristo y más comprometidos con su mensaje de vida y santidad, de misericordia y salvación.
    Los santos, nuestros amigos, que siguen alentándonos y guiándonos, son las buenas personas que acompañaron a Jesús de cerca esos días finales de su vida, y que fueron privilegiados con la cercanía y cariño de Jesucristo resucitado. Lo destacábamos la semana pasada.
    En esta semana, nos fijamos, el miércoles 10/IV, en el Beato Pedro María Ramírez Ramos (1889-1948), presbítero y mártir, que vivió y murió en Armero, Departamento de Tolima, en Colombia. Su santidad consistió en el cumplimiento fiel y generoso de su ministerio sacerdotal. Sin grandes heroicidades, supo reflejar a Cristo en su dedicación sacerdotal, vivida para la gloria de Dios y el servicio a los demás. Fue beatificado por el Papa Francisco el 8/IX/2017.
    
El viernes, 12/IV, otro santo que nos admira por su sencillez y naturalidad en el cumplimiento de su trabajo profesional, que consideraba como su sacerdocio al servicio de todos. Nos referimos a
San José Moscati (1880-1970), laico y médico de profesión, que atendía generosamente a todos como si fueran Cristo, sin importarle su peculio, pues los pobres también acudían a él y tantas veces les atendía sin importarle que no pudieran pagarle los servicios prestados. Además, su profesión sanitaria le convierte en el médico de los cuerpos y las almas, pues nadie marchaba indiferente de su trato y atención.  Para conocerle mejor, aquí.
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AGENDA PASTORAL
    La segunda semana pascual comienza con el Domingo de la DIVINA

MISERICORDIA
. Fiesta que erigió San Juan Pablo II el año 2000. Los textos bíblicos de la Santa Misa nos dan pie para abundar en este domingo sobre esta virtud tan profunda como esencial para entender y vivir la fe cristiana, pues podemos -como ha dicho y proclamado el Papa Francisco- definir a Dios como LA MISERICORDIA, y por tanto hay que evangelizar con el estilo de la misericordia. De esta manera podemos rezar: “Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia”. Siempre se ha predicado sobre la Divina Misericordia, pero ciertamente los últimos papas han abundado hasta la saciedad sobre esta cualidad divina, y este estilo de evangelizar. Proponemos algunos enlaces que pueden ayudar a crecer en esta dimensión, también para nosotros, que necesitamos siempre la Misericordia Divina, y cultivarla en nuestras relaciones sociales y en nuestra misión apostólica. Para abundar en este tema, pueden servir estos enlaces: Qué es la Divina Misericordia y porqué se ha convertido en una de las devociones más importantes. RenL. 20 ideas para celebrar en casa el domingo de la Divina Misericordia. Aciprensa.

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VIDA CRISTIANA EN EL S. XXI
    Proponemos en esta sección algunos testimonios de cristianos actuales -con el tiempo, quizá se les considere santos- cuyo testimonio de vida es ejemplar como ciudadanos cristianos, y también destacamos acontecimientos, o celebraciones de diverso tipo, que testimonian y promueven el bien, la paz y el amor cristiano en la familia, y en la sociedad en general.

    En primer lugar, recordamos el testimonio ejemplar del Dr. Jerome Lejeune (1926-1994). Médico de gran prestigio que revolucionó el estudio de las enfermedades hereditarias, y fue un acérrimo defensor de la vida en todos los momentos o circunstancias, y por tanto contrario a la eugenesia, al aborto, a la eutanasia, etc. Padre de cinco hijos, a los que educó cristianamente. En su familia se rezaba con frecuencia. Uno de sus hijos se expresaba de esta manera: “La brújula de su vida fue la verdad, gracias a su fe, la verdad fue también el camino del amor”. Ante la posibilidad de ser galardonado con el premio nobel de medicina, si “reconducía sus teorías” sobre la vida, él prefirió defender la vida, y ayudar a todos a recuperarla y disfrutarla en toda circunstancia, antes que los honores.

    En segundo lugar, recordamos y acogemos con alegría y esperanza el Año de la oración. Los verdaderos cristianos siempre se caracterizan por la bondad que viven y que difunden en su entorno social y familiar, y también por su espíritu de oración, que es lo que alimenta y refuerza las virtudes humanas en la fe, la confianza en Dios y la caridad con el prójimo. Por ello entendemos, que, precisamente en estos momentos fuertemente secularizados, el Papa Francisco nos haya propuesto a toda la iglesia que el año 2024 sea el Año de la oración, en el marco de la preparación hacia el Jubileo universal de 2025, que tendrá el lema “Peregrinos de la esperanza”.

    Una primera aproximación a este evento es repasar y “estudiar” la cuarta parte del Catecismo de la Iglesia Católica, dedicado a este tema. Y también puede ser muy útil y aleccionador el libro editado por la Comisión pontificia encargada de este evento, para animar y orientarnos por el camino de la oración en sus diversas facetas y posibilidades, que están al alcance de todos; y que se puede disponer de él en internet, en este enlace.











sábado, 30 de marzo de 2024

Altavoz Parroquial: 31/III/2024

 Pascua de Resurrección -    Jn 20,1-9

¡Cristo ha resucitado!

    Es en la Vigilia Pascual del Sábado Santo cuando pueden hacerse siete lecturas bíblicas del Antiguo Testamento, para recordarnos las principales intervenciones salvadoras de Dios con su Pueblo, que prepararon la llegada de Cristo y al final la gran intervención salvadora de Dios sobre la humanidad que fue la Resurrección de Cristo. Precisamente es lo que la lectura de la Carta a la Romanos y el Evangelio de la misma celebración nos lo recuerda explícitamente.
    En el Evangelio de la Misa de este día -Pascua de Resurrección– se recuerda el sepulcro vacío, que contempló María Magdalena y que enseguida se lo comunicó a los Apóstoles. Pedro y Juan comprueban al momento que es verdad. Entonces “vieron y creyeron”.


            ¡¡Cristo ha resucitado: Aleluya, Aleluya, Aleluya!!
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    "El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro".

Señor resucitado, gracias por la salvación
que viene de tu Cruz y de tu Muerte;
y por la vida divina que emana y nos da tu Resurrección.

Muchos sagrarios de nuestras iglesias me lo recuerdan,
porque sus puertas están decoradas con la imagen del Resucitado.
¡Qué lección más profunda y qué enseñanza más esclarecedora es
que sigues vivo entre nosotros en la Iglesia, a través de los sacramentos,
y sobre todo de la Eucaristía, y que estás dando vida a las personas
que se te acercan con fe y piedad, con sinceridad y humildad!

    Señor, hoy y todos los días de este tiempo pascual,
quiero alabarte por medio de esta oración mariana:

    Reina del cielo, alégrate, aleluya.
Porque el Señor a quien has merecido llevar, aleluya.
Ha resucitado según su palabra, aleluya.

    Ruega al Señor por nosotros, aleluya.

Gózate y alégrate, Virgen María, aleluya.
Porque verdaderamente ha resucitado el Señor, aleluya.

    Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo,

nuestro Señor Jesucristo, has llenado el mundo de alegría.
Concédenos por intercesión de su Madre,
la Virgen María, llegar a alcanzar los gozos eternos.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amen.
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LOS SANTOS DE LA SEMANA, NUESTROS AMIGOS (31/III/2024)


        La Pascua de Resurrección nos coloca en el centro del Misterio Pascual, esto es, de la celebración de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Si las celebraciones de la Semana Santa nos admiran y atraen, y nos llevan a una más profunda conversión, la Resurrección de Cristo nos impacta con una inmensa alegría, paz y seguridad, que nos embarga y pone más unidos a Cristo y más comprometidos con su mensaje de vida y santidad, de perdón y salvación.
        Y al lado de Jesucristo en su Pasión y Muerte, y lo mismo en su Resurrección contemplamos a los apóstoles, y también a muchas personas amigas, que le siguen, y le apoyan demostrando su amistad, o poniéndola a prueba, para hacerla más sincera y comprometida. Al mismo tiempo, observamos a otros que le dejan solo, le insultan, e incluso le traicionan.
        Merece la pena conocerlos y aprender de los buenos amigos que tuvo Jesús, y también conocer a los cobardes y traidores, para repudiar su comportamiento.
        En los diversos personajes que rodean a Jesús estos últimos días de su vida y después de resucitado, observamos los verdaderos y los falsos amigos, los que le siguen y los que le abandonan. Nosotros queremos estar junto a los verdaderos amigos, y hacernos amigos de ellos, para que nos ayuden a estar siempre con Jesús y así gozar con su amistad y su ayuda inquebrantable.
        Nos podemos fijar en todos los apóstoles -a excepción de Judas, falso amigo- en Pedro, Juan, Andrés, etc. También en otros amigos fieles como Nicodemo, José de Arimatea, Dimas el Buen ladrón, etc. Igualmente nos fijamos en un buen grupo de mujeres: María Magdalena, Salomé, “la otra María”, Verónica, las mujeres que le acompañan en su “viacrucis”, etc. Y en cuanto a los falsos amigos, encontramos sobre todo a Judas, a Pilatos, a Herodes y a cuantos le dejaron solo, después de haberle aplaudido por sus milagros y bondades múltiples.
 
        Sin duda, cada uno de los personajes merecería un comentario, y una reflexión sobre su comportamiento. Eso es lo que proponemos para estos días iniciales del Tiempo Pascual. Conocerlos, contemplarlos, es una gran enseñanza, que nos encauzará desde su amistad con Jesús, a acercarnos más a Jesucristo, de quien queremos ser siempre los mejores amigos, y Él el gran Amigo de nuestra vida.
         ¡¡Cristo ha resucitado: Aleluya, Aleluya, Aleluya!!
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AGENDA PASTORAL

        Terminada la Semana Santa con todas sus celebraciones litúrgicas, procesionales, y de devoción personal, que culminan con la Vigilia Pascual, que nos introduce en el Tiempo Pascual, con el Domingo de Pascua de Resurrección, y que seguiremos toda la semana celebrándola como solemnidad litúrgica, para culminar con el II Domingo de Pascua, que es el DOMINGO DE LA DIVINA MISERICORDIA, que merece un capítulo aparte en nuestras celebraciones, como escribiremos y comentaremos en su momento.











 

 

viernes, 22 de marzo de 2024

Altavoz Parroquial: 24/III/2024

Domingo de Ramos - B

Relato, Pasión-Muerte de Jesús: Mc 14,1-15,47

    
        Este año (ciclo B) corresponde como Evangelio de la Santa Misa la narración de la Pasión y Muerte de Jesús según San Marcos. La Semana Santa se abre con esta larga lectura que cada año se toma de un evangelio sinóptico. Antes, en la bendición de los ramos con los que se entra procesionalmente en la Iglesia para la celebración eucarística, se ha recordado el relato de la entrada triunfal de Cristo en Jerusalén, aclamado y vitoreado por las gentes sencillas de la ciudad.

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    "Apenas se hizo de día, los sumos sacerdotes, con los ancianos, los escribas y el Sanedrín en pleno, hicieron una reunión. Llevaron atado a Jesús y lo entregaron a Pilato".

    Señor, Jesús, que te vemos aclamado y vitoreado por las gentes de Jerusalén,
las mismas que dentro de unos días, van a pedir tu muerte.
¡Qué gran lección nos ofreces, Señor, en estos últimos días de tu vida!
¡Qué ejemplos a repudiar y despreciar nos ofrecen algunos personajes
que te siguieron y te rodearon estos días!

    Pero ¡qué consoladores y estimulantes los ejemplos de tu Madre, de Juan,
de Pedro, cobarde primero, pero sincera y valientemente arrepentido después!
También quiero aprender de Simón Cireneo y de la Verónica.
Y como ellos quiero ayudarte a llevar la Cruz de los pecados de la humanidad,
y a vivir con tu imagen divina gravada en mi corazón y manifestada
en mi testimonio de ciudadano cristiano y de apóstol comprometido.

    Hoy quiero, Señor, vitorearte gozosamente
como aquellas buenas gentes de Jerusalén.
Acoge mis aplausos de cristiano sincero y valiente,
de trabajador responsable y solidario, de amigo
y compañero leal y optimista, generoso y sacrificado,
y de hijo, siempre fiel y solícito, piadoso y confiado.

    Que aproveche, un año más, esta semana,
que con todo merecimiento llamamos santa, para que
ante el recuerdo de tu Pasión y Muerte, se afiancen mis sentimientos
y propósitos de perseverancia en la santidad y en el apostolado.

    Que, con mi buen ejemplo, mis palabras y mis buenas obras,
contribuya a crear, en el entorno familiar y social,
el ambiente apropiado a estos días, para que todos nos sintamos
más cerca de Ti por el perdón de la Confesión
y en la participación de la Eucaristía;
y así llegar a la Pascua de Resurrección con el corazón
henchido de alegría, agradecimiento y mayores compromisos apostólicos.
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LOS SANTOS DE LA SEMANA, NUESTROS AMIGOS (24/III/2024)
    (Proponemos un pequeño esbozo de algunos santos o beatos, que celebramos cada semana, y que puedan servir como modelos de vida cristiana, maestros en la fe y en la práctica de la caridad, y en consecuencia intercesores cercanos y asequibles. Queremos que sea una propuesta para leer y conocer más ampliamente sus vidas acudiendo a otras páginas, como santorales que tanto abundan en las redes sociales).

    La Semana Santa nos coloca ante el Misterio Pascual, esto es, la celebración de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, la principal celebración del Año litúrgico, lo que supone “como aparcar” otras celebraciones de santos, para centrar nuestra atención y devoción personal y litúrgica en la Muerte y Resurrección de Cristo.
    No obstante, recordamos algunos santos, que destacan por su actualidad, ya que, incluso nosotros hemos podido conocerlos. En primer lugar, recordamos el
domingo, 24/III, a San Oscar Arnulfo Romero Gutiérrez (1917-1980), Obispo y mártir, asesinado mientras celebraba la Santa Misa. Sele llamaba el “padre de los pobres”. Fue beatificado por el Papa Francisco, y al año siguiente, el 14/X/2018, fue canonizado. También recordamos al Beato José Ambrosoli (1923-1997), médico, quien, después de ejercer ejemplarmente la profesión en Milán, ingresa en los Misioneros Combonianos del Sagrado Corazón, y muere en Lira, Uganda. Fue beatificado por el papa Francisco el 20/XI/2022.

    Y, por último, recordamos, el lunes, 25/III, a San Dimas, santo del Nuevo Testamento, uno de los ladrones que fueron crucificados con Cristo, pero que, antes de morir se acoge con humildad y confianza a la misericordia divina, que tenía ten cercana. El mismo Cristo le perdona desde la Cruz, y le introduce en el cielo con las maravillosas palabras: “Hoy estarás conmigo en el paraíso”. Gran testimonio de humildad y arrepentimiento, y por tanto modelo para todos nosotros, que somos pecadores.
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AGENDA PASTORAL

    Nos encontramos ya en la Semana Santa. La Cuaresma nos ha ido preparando a esta celebración del Misterio Pascual, es decir de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo con la llamada urgente, insistente y apremiante a la conversión, con la oración, el perdón de nuestros pecados a través del Sacramento de la Penitencia, y con el ayuno y la mortificación, para que florecieran en un mayor testimonio de vida y de caridad cristiana.
    Nos queda, ahora, vivir cristianamente esta Semana Santa con las celebraciones litúrgicas propias de estos días, con nuestra oración personal más intensa, y también con la participación en las procesiones en cuanto nos sea posible. Ellas son preciosas catequesis que discurren por nuestras calles, que invitan a la oración, la reflexión y al compromiso cristiano, además de al goce y disfrute de la belleza artística y musical que exhiben.
    El programa de todas las celebraciones en la Parroquia de Santa María del Páramo, está en el Informe Parroquial de la semana pasada.
    Nos ambientaremos de Pasión, de oración y piedad, de acogida del Perdón y de la Misericordia  divina, de dolor y esperanza en los primeros días: Lunes Santo, Martes Santo y Miércoles Santo. Después, los grandes días de Jueves Santo, Viernes Santo y el Sábado Santo, que termina con la Vigilia Pascual, ya entrada la noche, para celebrar a Jesucristo resucitado, y así comenzar a celebrar el tiempo Pascual, y en primer lugar el día de Pascua de Resurrección, por eso entonaremos, llenos de alegría, confianza y Amor de Dios:

            ¡¡Cristo ha resucitado: 
       aleluya, aleluya, aleluya!























viernes, 15 de marzo de 2024

Altavoz Parroquial: 17/III/202

 5º Domingo de Cuaresma - B    Jn 12,20-23

Como el grano de trigo

La Cuaresma va avanzando, y las lecturas bíblicas siguen con su pedagogía de preparar a los cristianos para la celebración de la Pascua. Ellas nos descubren el corazón de Cristo al presentarnos su muerte como necesaria para dar luego el fruto granado de su triunfo en la Resurrección. Con ello además nos enseña a nosotros a aceptar sus mismos sentimientos y a aprender a morir al pecado y a todo lo malo, para poder vivir como El y con El, o sea para resucitar en obras de santidad y apostolado.
    (Hoy puede leerse el pasaje evangélico de la Resurrección de Lázaro, ciclo A)
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  “Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre.
 En verdad, en verdad os digo que, si el grano de trigo no cae en tierra 
y muere, queda infecundo, pero si muere da mucho fruto”.

    Como aquellos que se acercaron a Felipe para que les facilitara tu cercanía,
así yo te digo: “Quiero verte, Señor, quiero sentir tu presencia amorosa
en mi corazón. Quiero vivir unido a Ti, con los mismos sentimientos
y propósitos; y así disfrutar de tu amor en las luchas
y dificultades, y en la alegrías y comodidades”.

    Tus palabras me abren los mejores ideales y los planes más realistas
para ser feliz, siguiéndote a Ti y dándome a los demás,
como Tu me has enseñado con tu palabra y tu ejemplo.
No quiero, Señor, olvidar tus palabras tan llenas de vida y santidad,
de realismo y exigencias apostólicas.

    “Os aseguro que, si el grano de trigo no cae en tierra y muere,
queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto.
El que se ama así mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo
en este mundo, se guardará para la vida eterna.
El que quiera servirme, que me siga, y donde esté Yo, allí estará
también mi servidor; a quien me sirve, el Padre lo amará”.


    Con estas palabras entiendo un poco mejor tu muerte en la Cruz,
pero sobre todo su fecundidad en la Resurrección.

    Que sepa morir cada día, como el grano de trigo, para granar fecundamente
en frutos de santidad y apostolado, y al final en la vida eterna.

    Quiero servirte, Señor, y seguir tus pasos. Quiero gozar de tu compañía.
Quiero dar frutos de responsabilidad profesional y social,
de entrega y generosidad con pobres y necesitados,
y de servicio a todos en la Iglesia y en la sociedad.
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LOS SANTOS DE LA SEMANA, NUESTROS AMIGOS (17/III/2024)
    (Proponemos un pequeño esbozo de algunos santos o beatos, que celebramos cada semana, y que puedan servir como modelos de vida cristiana, maestros en la fe y en la práctica de la caridad, y en consecuencia intercesores cercanos y asequibles. Queremos que sea una propuesta para leer y conocer más ampliamente sus vidas acudiendo a otras páginas, como santorales que tanto abundan en las redes sociales).

    Esta semana resplandece con luz propia un santo, que es más que amigo, pues le consideramos y tratamos con toda confianza y cariño también como Padre y Señor de todos los cristianos, y sobre todo de quienes acuden a su mediación. El diecinueve de Marzo celebramos la Solemnidad de San José, esposo de la

Bienaventurada Virgen María.
Hombre justo, nacido de la estirpe de David, que hizo las veces de padre para con el Hijo de Dios, Cristo Jesús, el cual quiso ser llamado hijo de José, y le estuvo sujeto como un hijo a su padre. La Iglesia lo venera con especial honor como patrón, a quien el Señor constituyó sobre su familia.

    De él decía Santa Teresa de Jesús que no recordaba haber acudido a él en busca de ayuda y no hubiera sido atendida. Después de la Virgen es, sin duda, el santo más importante y el más recurrido en la piedad cristiana. El Papa Francisco, nos escribió el año 2021 una preciosa carta sobre San José, titulada Patris corde, esto es Con corazón de Padre, que merece la pena leer y meditar muchas veces. Aquí puedes encontrarla. Ya en la introducción nos dice: “Después de María, Madre de Dios, ningún santo ocupa tanto espacio en el Magisterio pontificio como José, su esposo. Mis predecesores han profundizado en el mensaje contenido en los pocos datos transmitidos por los Evangelios para destacar su papel central en la historia de la salvación: el beato Pío IX lo declaró «Patrono de la Iglesia Católica», el venerable Pío XII lo presentó como “Patrono de los trabajadores” y san Juan Pablo II como «Custodio del Redentor». El pueblo lo invoca como «Patrono de la buena muerte».
    En consecuencia, por la misión que tuvo en la vida de Jesucristo, y, por supuesto, por su santidad de vida, es el modelo y ejemplo perfecto para todos: esposos, padres, jóvenes, trabajadores, que no solo podemos verlo y tratarlo como amigo, sino como Padre y Señor, para todos los cristianos, que a él acuden y de él aprenden.

    Aunque a la sombra de San José, queremos destacar también en este día, 19/III, al Beato Marcelo Callo, martír (1921-1945). Fue beatificado por San Juan Pablo II el 4/X/1987. El santoral lo elogia con estas palabras: “En Mauthausen, en Austria, beato Marcelo Callo, mártir, joven oriundo de la región francesa de Rennes, que en tiempo de guerra fue encarcelado en ese campo de concentración, donde con cristiano ardor confortaba en la fe a los compañeros de cautiverio agotados por los duros trabajos, motivo por el cual se le hizo morir en ese lugar de exterminio”.


    Por último, destacamos también, el viernes, 23/III, al Beato Alvaro del Portillo Diez de Sollano, (1941-1994), Obispo, primer sucesor del fundador del Opus Dei, San José María Escrivá. Fue beatificado por el Papa Francisco el 27/X/2014. Ceremonia realizada en Madrid. Con este motivo, el papa envió una carta-mensaje a todos los asistentes, que merece la pena conocer, y que encontrarás en este enlace.

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AGENDA PASTORAL

    Nos encontramos ya en la semana previa a la Semana Santa. La Cuaresma sigue orientándonos con las diversas celebraciones y el magisterio adecuado desde el Miércoles de Ceniza, que nos invitaba a intensificar en este tiempo nuestra conversión, o actitud permanente de mayor oración -personal y comunitaria-, más exigente penitencia y acogida del perdón de Dios en la Confesión. En definitiva, mayor exigencia en vida interior o espiritual, para foguear nuestro corazón con el amor y la misericordia del Señor, que haga posible la rectitud de vida en la familia, en el trabajo y en la vida social, que genere en todo momento el afán por hacer el bien a los demás siempre y en todo y a ser apóstoles de Jesucristo en nuestra sociedad. Debo preguntarme si lo estoy cumpliendo, o tengo que rectificar y empezar de nuevo, en concreto: mejorar la vida de oración, la lectura y meditación de la Pasión y Muerte de Cristo (Via crucis), hacer una buena Confesión, y participar con más frecuencia y piedad a la Eucaristía.
    Las novenas y triduos, que estos días abundan en las parroquias, pueden ser una buena ayuda. En nuestra parroquia la Novena al Nazareno, que empezamos el sábado, día 23/III.
    También tenemos la celebración de la Fiesta de San José, que no debe obviarse, aunque este año es día laborable. A San José encomendamos todas las familias, así como a los sacerdotes y en concreto las vocaciones sacerdotales. ¡Qué San José ayude a niños, jóvenes y mayores a acoger la voluntad de Dios en sus vidas!


 VIDA CRISTIANA EN EL SIGLO XXI

   Este es cartel de la Semana Santa, 2024, de nuestra Parroquia, para que vayamos haciendo planes para unos días muy importantes en la celebración de nuestra fe y de nuestra vida cristiana; y por tanto para organizarse en el tiempo y en las posibilidades de participar en estas celebraciones. Lo primero en las Eucaristías, y en la Confesión cuaresmal; y en segundo lugar, en los preciosas procesiones, que son celebraciones de fe y de catequesis cristiana, a la vez que son manifestaciones culturales y artísticas, por la belleza de las imágenes, la música que las acompaña, y el ambiente de piedad y de hermandad que se palpa en su trascurso por las calles.







viernes, 8 de marzo de 2024

Altavoz Parroquial: 10/III/2024

4º Domingo de Cuaresma - B     Jn 3,14-21

Esperanza cristiana

   Luminosas y esclarecedoras palabras las que se ofrecen a la reflexión de los cristianos. Cristo es presentado como quien vino a salvar lo que estaba perdido, y además a que no perezca ninguno que humilde y sinceramente acepte la fe en el Hijo del Hombre. El no ha venido a condenar a nadie, sino a salvar al 
mundo y ofrecerle la vida eterna. Es, pues, un mensaje cargado de alegría y optimismo, como la Iglesia procura siempre transmitir a lo largo de la historia. Otras interpretaciones pesimistas o condenatorias de lo humano y de lo terreno son ajenas al mensaje cristiano de todos los tiempos.
(Hoy puede leerse el pasaje evangélico del Ciego de nacimiento, ciclo A)
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        Dijo Jesús a Nicodemo: “Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna”.

    Señor, que te mostraste como nuestro Salvador
y con un mensaje henchido de esperanza y alegría.
Me encanta escuchar y meditar estas palabras:
“Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su propio Hijo, para que no
perezca ninguno de los que creen en El, sino que tengan vida eterna”.

“Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenarlo,
sino para que el mundo se salve por El”.


    Me hablas, Señor, de perdón, de vida, de salvación, de entrega, de fe.
Palabras que me infunden paz, sosiego, optimismo y esperanza.
No puedo por menos de sentirme agradecido por tus palabras,
y por ese panorama que abres para mi vida de cristiano,
que quiere santificarse y vivir como hijo de Dios.

    A la vez que yo quiero vivir esta vida divina de tu gracia y de tu amor,
y con ese optimismo cristiano, te pido que sepa testimoniarlo
en mis relaciones con los demás,
y que todos los cristianos proclamemos a todos los vientos
que la Iglesia es fuente de vida, camino de paz y concordia, hogar de amor
y familiaridad, escuela de optimismo y alegría, de justicia y santidad.

    Sin duda hay algunos cristianos embargados por la pena, el pesimismo,

la crítica amarga, y la desesperación por falta de fe auténtica,
y de sentido humano y sobrenatural.
Señor, que seamos todos sensatos y humildes,
prudentes y “avispados” para no caer en esas tentaciones.
Al contrario, que siempre me deje guiar por la fe y el amor de Dios,
y nunca me falte el sentido sobrenatural de la vida.
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LOS SANTOS DE LA SEMANA, NUESTROS AMIGOS (10/III/2024)
    (Proponemos un pequeño esbozo de algunos santos o beatos, que celebramos cada semana, y que puedan servir como modelos de vida cristiana, maestros en la fe y en la práctica de la caridad, y en consecuencia intercesores cercanos y asequibles. Queremos que sea una propuesta para leer y conocer más ampliamente sus vidas acudiendo a otras páginas, como santorales que tanto abundan en las redes sociales).

    Esta semana destacamos varios santos, bastante cercanos a nosotros, y por tanto especialmente aleccionadores, por su testimonio de vida, y algunos por su muerte. En primer lugar, el martes, 12/III, recordamos a San Luis Orione (1972-1940), que nace en Pontecurone, de la diócesis de Tortona, Italia. Desde pequeño sintió un gran deseo por servir a los pobres y necesitados. Afán que él cultivo con la buena formación que recibe en su familia y en la parroquia. También de San Juan Bosco, ya que pronto se incorporó al Oratorio de Valdoco. Su plan de ponerse al servicio de los más pobres le lleva a fundar la Pequeña Obra de la Divina Providencia, con lo que abre sus brazos con muchos seguidores para servir a los demás. Después de una vida de caridad y servicio, en el año 1940 le aconsejan retirarse para cuidar sus dolencias en Sanremo. El, con ironía y mejor espíritu, dice: “no es entre palmeras donde deseo vivir y morir, sino entre los pobres, que son Jesucristo”. Fue canonizado por San Juan Pablo II el 16/V/2004.


    También el martes, 12/III, recordamos a los Beatos Rutilio Grande García, sacerdote, jesuita, y a los laicos Manuel Solorzano y Nelson Rutilio Lemus, muy comprometidos con las tareas parroquiales, mártires, asesinados en la carretera entre Aguilares y el Paisnal, en el Salvador, por su defensa de los valores del Evangelio. El padre Rutilio tenía cuarenta y nueve años y en su vida sacerdotal destacó siempre por su servicio a todos y su liderazgo sacerdotal en la defensa de los pobres y necesitados. Manuel tenía setenta y dos años y un corazón grande para echar una mano en lo que hiciera falta, y un corazón en el que cabían todos los parroquianos. Estaba casado y era padre de diez hijos. Nelsón tenía diez y seis años, y una bondad incansable para ayudar a los demás como la haría Jesucristo. A su funeral asistió San Oscar Arnulfo Romero, que pronto sería también asesinado, y en su momento, declarado santo. La beatificación se realizó el 22 de enero de 2022, en San Salvador.
    Por último, recordamos también esta semana, el viernes, 15/III, a San Artémides Zati, (1880-1951) de raíces italianas, pues su familia había emigrado a Argentina, y allí se desarrolla su vida santa y ejemplar. Pronto se hizo asiduo a la Parroquia que llevaban los Salesianos, lo que le inculca una gran devoción a María Auxiliadora. Enferma de tuberculosis y se encomienda a la Virgen; y, al verse curado, le promete dedicar toda su vida a los enfermos. Promesa, que cumple con perfección, convirtiéndose en el enfermero de Cristo, que atiende a todos los enfermos que acuden a él con más confianza que a los médicos, y a los que él busca en el hospital o en sus casas. Se incorpora como coadjutor laico a la Sociedad de San Francisco de Sales, los Salesianos. Fue hombre de fácil relación humana, con una visible carga de simpatía, alegre cuando podía entretenerse con la gente humilde. Pero, sobre todo, fue un hombre de Dios. Artémides Lo irradiaba. Un médico más bien incrédulo del Hospital, decía: «Cuando veía al señor Zatti, vacilaba mi incredulidad». Y otro: «Creo en Dios desde que conozco al señor Zatti». Fue beatificado por San Juan Pablo II, y canonizado por el papa Francisco el 9/X/2022.
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AGENDA PASTORAL
    Recordamos, como las semanas anteriores, que seguimos en el camino de la CUARESMA, que nos orienta y conduce a la celebración del Misterio Pascual, es decir la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, que es la cumbre de todas las celebraciones cristianas. Para ello la Iglesia nos invitaba a prepararnos con el camino cuaresmal, que iniciábamos con la Imposición de la ceniza y la invitación a intensificar en este tiempo nuestra conversión, o actitud permanente de mayor oración -personal y comunitaria-, más exigente penitencia y acogida del perdón de Dios en la Confesión. En definitiva, mayor exigencia en vida interior o espiritual, para foguear nuestro corazón con el amor y la misericordia del Señor, que haga posible la rectitud de vida en la familia, en el trabajo y en la vida social, que genere en todo momento el afán por hacer el bien a los demás siempre y en todo y a ser apóstoles de Jesucristo en nuestra sociedad.


    A estas alturas de la Cuaresma, conviene hacerse ya las preguntas clave para vivir verdaderamente el espíritu cuaresmal: ¿Rezo más y con más devoción, medito la Pasión y Muerte de Jesús (Viacrucis)? ¿Preparo una buena confesión? ¿Procuro participar en la Misa dominical con más devoción, comulgado siempre? ¿Fomento en mi vida el espíritu de penitencia, y la caridad y ayuda a los necesitados? Pues, esta debe ser la propia agenda pastoral para la Cuaresma.
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VIDA CRISTIANA EN EL S. XXI
    Los verdaderos cristianos siempre se caracterizan por la bondad que viven y que difunden en su entorno social y familiar, y también por su espíritu de oración, que es lo que alimenta y refuerza las virtudes humanas en la fe, la confianza en Dios y la caridad con el prójimo. Por ello entendemos, que, precisamente en estos momentos fuertemente secularizados, el Papa Francisco nos haya propuesto a toda la iglesia que el año 2024 sea el Año de la oración, en el marco de la preparación hacia el Jubileo universal de 2025, que tendrá el lema “Peregrinos de la esperanza”.
    De ello hablaremos con frecuencia este año, así como de experiencias vitales de personas o grupos que pueden aleccionarnos, en este rejuvenecimiento gozoso de la fe cristiana. Por el momento, aquí tenemos algunas páginas que pueden servirnos: Para evangelizar, hay que rezar y no de forma superficial; Diez consejos para rezar mejor; Nuevo devocionario católico para llevar en el bolsillo.


 

 

 

 

viernes, 1 de marzo de 2024

Altavoz Parroquial: 3/III/2024

 3º Domingo de Cuaresma - B    Jn 2,13-25

Templos vivientes

        Próxima la celebración de la Pascua judía. Jesús se acerca (sube) a Jerusalén, y se encuentra con el feo y lamentable panorama del templo convertido en lugar de mercado público. “El celo por la Casa le devora” en palabras de la Escritura Santa, y arremete contra aquellos mercaderes y profanadores del lugar santo por excelencia: el Tempo de Salomón. Tiene autoridad para hacerlo, pues tiene poder para resucitar después de la muerte, ya inminente. Así lo entendieron ellos en su momento.
(Hoy se puede leer el Evangelio de la Samaritana, que corresponde al ciclo A)
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     El Evangelio convertido en oración personal

        Se acercaba la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados. Y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo; “Quitad esto de aquí, no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre”.

    Señor, que por una vez te vemos especialmente enojado,
e incluso utilizando una cierta violencia, para restituir el decoro
y el respeto al lugar sagrado, el Templo de Jerusalén.

    Sin duda la firmeza de tu actuación, y la seguridad de tus palabras,
estaban motivadas por la gloria de Dios, que deseabas resplandeciera
siempre en los lugares sagrados; pero también estarían
empapadas de caridad y ejemplaridad para todos nosotros.

    Quiero aprender, Señor, a respetar y venerar los lugares sagrados,
donde Tú te nos haces más cercano, y donde nos facilitas encontrarnos
contigo en la oración y la alabanza, y en el silencio y el recogimiento.

    Además, nuestra Santa Madre Iglesia ha querido que tu presencia eucarística
permanezca en los Sagrarios de las iglesias, para sentirte más cercano,
para que te visitemos y te adoremos; y para que nadie, tampoco los enfermos
y moribundos, se queden sin el alimento de tu amor eucarístico
y de tu gracia sanadora y santificadora.

    Que sepamos, Señor, agradecer tu presencia en los Sagrarios,
visitándote cada día como al mejor amigo y el vecino más generoso y fiable.
Que no se quede, Señor, ningún enfermo sin recibirte en la Comunión por olvido
o dejadez de sus familiares o acompañantes; y que puedan recibirte
en los últimos momentos de sus vidas, para que todos puedan morir
en la paz de Dios, y con el abrazo del Padre bueno y misericordioso.

    Al mismo tiempo, Señor, quiero ver en todos los hombres
tu presencia de amor y de paz; y quiero respetar a todas las personas
como templos humanos donde Tu quieres habitar por el amor y la gracia.
Ayúdame a respetar, proteger y amar a todos los hombres
como hermanos e hijos de tu bondad y misericordia.

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LOS SANTOS DE LA SEMANA, NUESTROS AMIGOS (3/III/2024)

    (Proponemos un pequeño esbozo de algunos santos o beatos, que celebramos cada semana, y que puedan servir como modelos de vida cristiana, maestros en la fe y en la práctica de la caridad, y en consecuencia intercesores cercanos y asequibles. Queremos que sea una propuesta para leer y conocer más ampliamente sus vidas acudiendo a otras páginas, como santorales que tanto abundan en las redes sociales).

        El domingo, día 3/III, recordamos y celebramos a Santa Catalina Drexel, (1858-1955), que nace en Filadelfia, estado de Pensilvania, religiosa que funda la Congregación de las Hermanas del Santísimo Sacramento. En su familia vive en un ambiente noble y cristiano que la forjó para ser también abierta y entregada a los demás, sobre todo a los pobres y necesitados. Hereda una cuantiosa fortuna familiar, que ella considera más como un préstamo recibido que como una posesión; y por tanto con ello se dedica a fundar escuelas para pobres y negros americanos, a quienes sirve y atiende llevada por el amor de Dios y de los pobres. En algún momento recibió consejos de otra buena amiga, Santa Francisca Cabrini. Fue beatificada y también canonizada por San Juan Pablo II, esto el 1/X/2000. Con esta santa-amiga norteamericana, se amplia nuestro afán de admiración y devoción a cristianos santos de lugares lejanos para nosotros.

        El viernes, 8/III, celebramos a un amigo, sin duda muy entrañable para muchos, por su ejemplo de vida y porque se labor asistencial sigue prodigándose entre nosotros. Hablamos de San Juan de Dios (1495-1550) y su Orden religiosa, los Hermanos de San Juan de Dios, que tanto bien han hecho y siguen haciendo

en los países, sobre todo en los menos desarrollados. Aunque nacido en Portugal, su vida transcurre en España, sobre todo en Granada. Después de una juventud muy tormentosa y alocada, y habiendo escuchado una predicación de San Juan de Avila, decide entregarse a los demás, para así servir mejor a Jesucristo. Gran testimonio de vida y siempre buen compañero de viaje, para ir por la vida ofreciendo y recibiendo en todo momento la caridad de Jesucristo.


        Por último, recordamos a Santo Domingo Savio (1842-1856), un muchacho que muere a los quince años, y es beatificado en 1950, en la ceremonia de canonización de otra muchacha que muere mártir por defender su pureza, Santa María Goreti. El mereció la declaración de santidad, en 1954, no por ser mártir, sino por su bondad y santidad de vida, que consiguió al lado de San Juan Bosco, ya

que fue uno de sus primeros discípulos en el Oratorio San Francisco de Sales, donde Don Bosco trabajaba especialmente con adolescentes y jóvenes. La bondad era tan patente que servía de modelo para todos, y con su muerte quedó como el mejor amigo e intercesor de aquellos jóvenes que rodeaban, aprendían y disfrutaban con Don Bosco. Sin duda uno de los mejores retoños de su labor sacerdotal en Turín y en todos los países del mundo, donde sigue llegando su ejemplo, su cariño y su intercesión, sobre todo con los jóvenes.
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AGENDA PASTORAL
        Seguimos en el camino de la CUARESMA, que nos orienta y conduce a la celebración del Misterio Pascual, es decir la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, que es la cumbre de todas las celebraciones cristianas. Para ello la Iglesia nos invitaba a prepararnos con el camino cuaresmal, que iniciábamos con la Imposición de la ceniza y la invitación a intensificar en este tiempo nuestra conversión, o actitud permanente de mayor oración -personal y comunitaria-, más exigente penitencia y acogida del perdón de Dios en la Confesión. En definitiva, mayor exigencia en vida interior o espiritual, para foguear nuestro corazón con el amor y la misericordia del Señor, que haga posible la rectitud de vida en la familia, en el trabajo y en la vida social, que genere en todo momento el afán por hacer el bien a los demás siempre y en todo y a ser apóstoles de Jesucristo en nuestra sociedad.

        A estas alturas de la Cuaresma, conviene hacerse ya las preguntas clave para vivir verdaderamente el espíritu cuaresmal: ¿Rezo más y con más devoción, medito la Pasión y Muerte de Jesús (Viacrucis)? ¿Preparo una buena confesión? ¿Procuro participar en la Misa dominical con más devoción, comulgado siempre? ¿Fomento en mi vida el espíritu de penitencia, y la caridad y ayuda a los necesitados? Pues, esta debe ser la propia agenda pastoral para la Cuaresma.
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VIDA CRISTIANA EN EL S. XXI
        Ciertamente vivimos en una sociedad materialista y secularizada, en la que parece que se han trastocado todos los valores humanos, familiares y sociales, con una profunda repercusión en la vivencia de la fe. Muchos la han perdido o voluntariamente han sucumbido ante este ambiente. Pero, otros muchos siguen en la brecha de vivir gozosamente la fe cristiana, y de mostrársela a los demás. Sin duda, los cristianos siempre tenemos motivos para la esperanza, la alegría y el optimismo. Así lo queremos mostrar con los buenos ejemplos, y favorables iniciativas pastorales. Aquí puedes informarte, teniendo, como siempre, una actitud favorable y acogedora y siempre generosa y caritativa. También este otro enlace es interesante